"Esto es París". Éste es el eslogan del último vídeo publicado por el PSG (21:37, hora española). En el mismo únicamente se ven a aficionados radicales, cánticos y bengalas. Ni un balón, ni una imagen de un partido o una bella jugada. Ni rastro de fútbol.
El PSG, tras el 3-1 sufrido en Madrid, podría haber ahondado en su capacidad para maravillar a Europa con un fútbol eléctrico o en los más de 100 goles marcados (sólo cinco han logrado esta cifra esta temporada). Está por ver si su tiranía en Francia puede extenderse en Europa, pero encadena recitales en Francia.
La entidad también podría haber presumido de contar con Kylian Mbappé, la joya del momento, o de un goleador de época como es Edinson Cavani. Incluso de tener en sus filas a un Unai Emery que luce tres trofeos de Europa League en sus vitrinas.
Sin embargo, la reacción del PSG ha sido tirar del aficionado radical. Cánticos, gritos de "P*** Mdrid' y llamamientos para intentar 'asustar' al vigente campeón. Los jugadores también han dado pábulo a este ritual. No se recuerda que un grande de Europa llame uno a uno a sus socios para recordarle que acuda al estadio con su bufanda y su camiseta.
Por si fuera poco, las disputas con la Selección Brasileña por la lesión de Neymar también han enturbiado el ambiente. La sensación que ha quedado es que al PSG le ha faltado dominio de la situación. Neymar no se operó en París, se operó en su país. Otra batalla perdida.
Si algo le sobra al PSG son futbolistas de calidad y élite para voltear el resultado cosechado en Madrid. No estará Neymar, pero sí Di María, Draxler y otro buen puñado de jugadores que serían estrellas en multitud de clubes. En lugar de hablar de fútbol, el PSG le ha otorgado un papel preponderante al hincha radical, el cual no mete goles. Mucho dinero, poca grandeza.
5 de marzo de 2018