Hay milagros que son imposibles de alcanzar. El de la permanencia del WBA se ha complicado tanto que después del empate ante el Liverpool todo parece abocado al descenso.
Reservó a medias Klopp ante un equipo que se estaba jugando la vida y que venía de darle un revolcón al United de Mourinho. Y golpearon los 'reds' hasta en dos ocasiones, pero siempre encontraron respuesta del rival.
Primero Ings y después Salah, que sigue a ritmo de récord en la Premier. Un 0-2 a falta de poco más de 15 minutos que condenaba al WBA. Sólo una reacción de orgullo torero, ese espasmo previo a la muerte, evitó la derrota y el descenso.
Entre Livermore y Rondón estiraron un poco más las remotas opciones de permanencia. El 2-2 les da vida hasta mañana, a expensas de que el City les permita ser equipo de Premier una jornada más. Mientras, el Liverpool seguirá pelando por la segunda plaza, las migajas que ha dejado el City de Guardiola este año.