El empate ante el Betis en el Benito Villamarín, acompañado por la derrota del Getafe ante el Atlético, devolvió a Europa a un Sevilla que coqueteó con la gloria esta temporada, pero que también estuvo al borde del precipicio en diversas fases por una irregularidad totalmente desconocida a orillas del Sánchez Pizjuán.
La llegada de Joaquín Caparrós ha terminado por ser balsámica para el equipo andaluz, pero también para el técnico de Utrera, que llevaba una racha bastante mala en la máxima categoría y que acabó con ella tan pronto como se puso el traje de 'su' Sevilla.
En apenas ocho días, Caparrós no sólo ha devuelto la ilusión al Sevilla, sino también los puntos. Todo comenzó con la victoria ante la Real Sociedad (1-0), que reenganchó al equipo a la lucha por la Europa League.
Los hispalenses tenían una bala extra y la aprovecharon ante el Real Madrid, en un aplazado por la final de Copa en el que ganaron por 3-2 el pasado miércoles. La igualada ante el Betis, séptimo punto en sólo ocho días, cerró el círculo y obró un nuevo milagro de Caparrós al frente del conjunto del Sánchez Pizjuán.