Tras la dura y dolorosa derrota del PSG en París a manos del Real Madrid, Emery decidió dejar a un lado las excusas y confirmar lo que todos ya comentaban: "Ha sido una decepción".
No fue la derrota, no, fue la forma de caer derrotado, arrodillado ante el Real Madrid, sin poder dar la cara ante su afición, viéndose muy inferior, sin que los 418 millones invertidos en verano sirvieran para nada.
Pero la vida sigue después de la Champions y al PSG todavía le quedan varios títulos más que levantar. El primero de ellos es el de Liga, del que cada día está más cerca, gracias a sus 14 puntos de ventaja sobre el Mónaco, segundo en la clasificación, un amplio margen para soñar despierto con la Liga Francesa.
Por otro lado está la Copa de Francia, competición en la que el París Saint-Germain se encuentra ya en semifinales y, mucho más cerca, la Copa de la Liga, con el PSG metido en la final, a punto de adueñarse de un nuevo título.
Un triplete ilusionante para olvidarse del fracaso europeo que sigue siendo el objetivo de Emery, pese a saber que en junio no seguirá, que la derrota ante el Real Madrid en Champions ya le ha sentenciado.