Se le llama el 'Clásico' de Europa. La historia les ha enfrentado numerosas veces en la competición por excelencia y en las eliminatorias en las que se han medido siempre ha asomado la cabeza un claro aspirante a campeón. Pasó en 2012, cuando el Bayern se clasificó a la final frente a los blancos. Se repitió hace cuatro años, semanas antes de que el Madrid conquistara la 'Décima'. Y en la pasada edición volvió a ocurrir, en un pase a las semifinales que abrió la puerta a la 'Duodécima'.
En esa última eliminatoria, el equipo blanco también supo ganar en el Allianz Arena. De hecho, además de saber imponer su ley, se guardaron la receta para cocinar un nuevo triunfo este año. Una victoria por el mismo marcador (1-2) y con muchas similitudes, aunque con alguna diferencia.
El conjunto de similitudes es lo que más llama la atención. El Madrid, que también vistió de negro, comenzó perdiendo su partido del 12 de abril del pasado curso por un tanto tempranero. Lo marcó Vidal, ausente este miércoles, en el 25'. El de Kimmich de este 25 de abril, sin embargo, llegó tres minutos después, en el 28'.
Lejos de despertar la bestia blanca, en ambos partidos el equipo bávaro siguió dominando. Hace un año, Vidal tuvo la oportunidad de poner el 2-0 de penalti, pero desperdició la pena máxima en el minuto 45', justo en el mismo lapso de tiempo en el que Marcelo puso las tablas este miércoles.
La igualada de 2017 llegó en el 47' (Cristiano), y no en el 44' como ayer, y a partir de ahí, el partido se resume en un nombre: Asensio. Fue él quien marcó un segundo tanto que puede valer el pase a la final de Kiev y también fue él quien le puso el balón en bandeja de oro hace un año a Cristiano para que el luso formalizara su doblete y cerrara el marcador.
El borrón de la fotocopia está en el papel del Madrid durante los últimos minutos. Si el año pasado pudo terminar el partido con un marcador mucho más abultado en favor del cuadro español, gracias, sobre todo, a la expulsión de Javi Martínez cuando todavía restaba media hora de juego, en esta edición fue el Bayern quien tuvo la oportunidad de, como mínimo, empatar. Pero el azar quiso que se imprimiera la fotocopia que empezó a confeccionar el gol de Kimmich.
Eso sí, siendo inevitable comparar ambos partidos de ida, también lo es analizar cómo se podría presentar el de vuelta. Y es que, aunque el marcador sea bastante positivo, al igual que lo fue el pasado curso, en Madrid no se fían de un gigante herido. Tuvo que sufrir de lo lindo hace un año el cuadro de Zidane en el Bernabéu, que acabó llevando el partido a prórroga -con polémica de por medio-, en la que se impuso, eso sí, con facilidad gracias a dos goles de Cristiano y a uno de Asensio.